Solución Extrema Para Salvar A Rinocerontes : Cortarles Los Cuernos Antes De Que Los Maten

Durante el año 2017, más de 1.000 rinocerontes murieron en manos de cazadores furtivos, que sólo buscan estos  animales con el propósito de sacarles sus cuernos. La razón es que dichos cuernos tienen un alto precio, los que superan al oro. Este hecho es el que fundamenta que cientos de personas lleven a cabo su cometido, sin importar que esto implique que los rinocerontes mueran después de pasar horas desangrándose en el suelo.

Según cifras de la organización “Save the Rhino”, desde el año 2008 más de 7.000 rinocerontes han sido asesinados en manos de la avaricia y el egoísmo de miles de cazadores ilegales, cifra que registró un preocupante aumento en relación a años anteriores. A pesar de las campañas de protección, difundidas por todo el mundo, los gobiernos siguen aplicando medidas que no han sido suficiente en contra de quienes ingresan a territorios protegidos y atentan contra la vida de estos animales para quitarles su cuerno.

 

 

 

 

A media que han pasado las últimas décadas, el tráfico de cuernos de rinocerontes ha aumentado de forma considerable, gracias a las propiedades que se le atribuyen. Entre ellas, por ejemplo, cura para el cáncer, alivio de la resaca, ornamentación e incluso psicoactivos, éstos son sólo algunos de los fatídicos usos que proporcionan los cuernos de rinocerontes, los cuales le son arrebatados a estos animales cada día.

Según cuentan algunas fuentes, mil dólares es la suma que piden por un cuerno de rinoceronte en el  mercado negro sudafricano, los que siguen generando alta demanda de parte de variados y diversos lugares del mundo, mayoritariamente de países asiáticos, en donde se les revenden a elevadas sumas de dinero.

Cabe recordar que el rinoceronte blanco se encuentra oficialmente extinto, mientras que la población de rinocerontes negros sigue disminuyendo, cifras que ponen de manifiesto que las majestuosas especies estarían al borde de la extinción. La situación a nivel global gravísima,ya que hoy existen menos de 30.000 animales en el mundo, a raíz de la caza furtiva que sigue avanzando con libertad en los recintos en donde éstos habitan.

Es bien sabido que si la situación es extrema, surgen medidas extremas para combatirla, como por ejemplo, para poder proteger las vidas de los rinocerontes, que se encuentran en constante riesgo.

Durante los últimos años se ha implementado un nuevo y riesgoso método para salvar las vidas de los rinocerontes en Sudáfrica. Lo que hacen , es que a través de una potente inyección con fármacos y sedantes, veterinarios drogan a los rinocerontes con el propósito de cortarles los cuernos antes de que sean asesinados por los cazadores.

 

A pesar de que se trata de una actividad que de todas formas termina violentando la integridad del animal, éste no involucra un derrame de sangre que le provoque la muerte.

Si a eso le agregamos que se le administran fármacos, los ojos y los oídos de los rinocerontes son tapados para así reducir cualquier foco de estrés que pueda producir el sonido de la motosierra.

Chris Galliers, presidente de la Asociación de Guardabosques de África, asegura que la técnica de “descornado” ha influido de manera positiva en la sobrevivencia de los animales. Sin embargo, preferirían evitar dicha técnica ya que se trata de algo “costoso e invasivo”, pero indica que es un “mal necesario” para salvarle la vida.
En cuanto al período comprendido entre los años 2010 y 2015, la caza furtiva de rinocerontes en reservas privadas se redujo al 5%.

El doctor Mike Toft, uno de los impulsores de este programa, ha logrado eliminar cerca de 1.800 cuernos en los últimos tres años en KwaZulu-Natal, uno de los territorios preferidos para los cazadores ilegales.

Si bien la operación es ruidosa y violenta, no implica sangre, ni sufrimiento. Basándose en su experiencia, Toft insiste en que no es más doloroso que un corte de uñas si el procedimiento se realiza correctamente y con la ayuda de profesionales especializados. A problemas graves, soluciones extremas.