Obligó a Su Hija A Vestir “Lo Más Horrible” De Una Tienda De Ropa Usada. ESTA Es La Razón

La niña fue cruel con otra compañera de la escuela, pero la gente está culpando a la madre por el castigo que le dio.

Sabemos que el bullying es un tema complicado. Día a día son muchos los niños y adolescentes que deben soportar las burlas y bromas pesadas de sus pares. Por lo mismo, hay muchos padres muy preocupados por esta terrible tendencia que se da en cualquier lugar del mundo.

De la misma forma, aunque en menor cantidad, hay padres que se preocupan de que sus hijos no estén al otro lado de la historia y sean los “matones” o acosadores de la escuela.

Así lo vivió Kaylee Lindstrom. La niña de 10 años, cursa 4to grado y se autoproclama como una una “fashionista”. Vestir siempre bien es una “obligación”.

Pero su obsesión con la moda la llevó demasiado lejos cuando no le gustó la ropa de otra compañera de su escuela y se burló de tal forma que la dejó en vergüenza y llorando. La dirección tuvo que llamar a su madrastra para que fuera a una reunión para hablar del tema.

Para muchos puede ser difícil tratar con “niños problemáticos” pero parece que esta mujer supo cómo sacar de raíz el problema de una buena vez. Hizo que su hija se pusiera “literalmente” en los zapatos de la niña afectada.

La madrastra llevó a Kaylee  a una tienda de ropa de ropa usada y le pidió que buscara lo más feo que hubiera en el lugar. La niña estaba feliz y pronto le mostró lo que, a su juicio, era lo más horrible.

Lo que no se imaginó era que era parte de su castigo, ya que su madrastra la obligó a utilizar esa ropa por 2 días para que viviera lo que siente otra persona cuando se burlan de ella y se siente mal por el acoso.

Esos 2 días en que debió vestir ropa “fea” fueron los peores de su vida por las burlas de sus compañeros. Ahí Kaylee comprendió cómo sus abusadores no veían que se trataba de ella y sólo se preocupaban de lo que estaba usando.

Al final la niña se disculpó con su compañera y de conversar con ella para conocerla mejor. Ahora son amigas.


Si bien pudo haber resultado el castigo, muchas personas cuestionan si avergonzar y traumatizar a una niña de 10 años fue la mejor enseñanza.