“No Me Callaré”: Duras Palabras De La Representante De USA Al Negociador Palestino En La ONU

“No me callaré. Más bien, hablaré con respeto algunas verdades duras“. Esas fueron las palabras que pronunció la embajadora de Estados Unidos frente a la ONU, Nikki Haley, durante la reunión mensual del Consejo de Seguridad sobre el conflicto palestino-israelí.

En la reunión, realizada este martes, la autoridad le estaba respondiendo al negociador palestino Saeb Erekat, que a comienzos de febrero le aconsejó “callarse” por criticar al líder palestino Mahmud Abbás.

Haley comenzó su intervención en la ONU con un mensaje claramente dirigido a Abbás, quien había tomado la palabra antes que ella.

Abbas había propuesto un “plan de paz”, que incluye un compromiso en que las partes en conflicto no tomen acciones unilaterales durante las negociaciones, que Estados Unidos aborte la idea de trasladar su embajada a Jerusalén y que cese el asentamiento israelí en territorio palestino. A cambio, Palestina se abstendría de unirse a cualquier organización o tratado internacional.

Junto con ello, también sugirió la realización de una conferencia internacional en el segundo semestre para desbloquear el proceso de paz de Medio Oriente.

El líder palestino recordó que durante 2017 se reunió cuatro veces con el Presidente Trump para expresarle su “absoluta disposición a alcanzar un acuerdo de paz histórico”, pero en ninguna de las ocasiones la Casa Blanca ha aclarado su postura frente a la posible solución del conlicto palestino-israelí. Esto es, Trump no ha manifestado si apoya la creación de dos Estados o sólo uno.

Cuando Haley tomó la palabra, en primer lugar resaltó la ausencia de Abbás (quien dejó el lugar luego de intervenit) diciendo que sus “negociadores están sentados justo detrás de mí, listos para hablar”, pero que no lo “perseguirán” para hacerlo. “La elección, señor presidente, es suya”, añadió.

La autoridad diplomática mencionó que Estados Unidos “sabe que los líderes palestinos estaban muy descontentos” con la decisión de trasladar la embajada en Israel a Jerusalén, pero que a ellos “no tiene que gustarles esa decisión y ni siquiera tiene que aceptarla” porque Washington “no la cambiará”.

Durante diciembre pasado, Palestino denunció que Estados Unidos había renunciado a su papel mediador en el conflicto palestino-israelí tras reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, ordenando el traslado de su sede diplomática en Tel Aviv hasta esa ciudad.

Este conflicto lleva más de dos décadas y ha dejado cerca de 8.900 muertos, la mayoría de ellos palestinos, en lo que se ha calificado como un genocidio progresivo.

Asimismo, las fuerzas israelíes han demolido 4.300 viviendas palestinas como “castigo” a las familias de autores de atentados.