Descubrimos El Final De “El Origen”. Sólo Un Detalle En Su Mano Nos Da La Pista

La cinta que se adentra en el mundo de los sueños y se trata de la forma en que Dominick Cobb (Leonardo DiCaprio) los utiliza para robar es una de las historias más llamativas de todo el historial del maestro Christopher Nolan. Hablamos de “El Origen” que es sin duda la cinta con el final abierto más intrigante de la historia. POr supuesto desde que la vimos que analizamos cada una de sus escenas, en especial, la última, que nos da vuelta en la cabeza cada vez que la recordamos. Lee más si estás en la misma situación.

Tanto Cobb  como los demás miembros de su equipo tenían un tótem que los ayudaba a darse cuenta si estaban en un sueño o en la realidad. Dicho tótem tenía especial importancia luego de la locura que inundó a la señora del protagonista, Mal (Marion Cotillard). El tótem de Cobb era un trompo que cuando giraba sin parar significaba  que estaba durmiendo y cuando dejaba de girar, quería decir que estaba en la realidad.

Pues bien, la última escena muestra a Cobb regresando a su casa con sus hijos y antes de ir a abrazarlos deja el trompo dando vueltas en la mesa. La cámara se acerca, pero la imagen se corta antes de saber si iba a parar o si continuaría girando. La pregunta es ¿Estaba Cobb en un sueño o en la realidad?

Ahora tenemos la solución a esta encrucijada:  Según esta hipótesis, el verdadero tótem de Cobb no es el trompo, sino su anillo de matrimonio. Cuando el protagonista está despierto, no lo utiliza, pero cuando está en los sueños sí lo hace. Esto indicaría que finalmente se encuentra en la realidad porque en la escena final no lo está usando.

Más allá, todo indica a que el trompo era el tótem de Mal, ya que él nunca dice que es suyo, sólo lo vemos usándolo y es ella quien lo esconde.

Tal como explica Arthur (Joseph Gordon-Levitt) , los tótem son personales, por lo tanto nadie lo puede tocar. Si Mal tocó el de Cobb quiere decir que ya no funcionaría y en el último sueño, también lo tiene en sus manos Saito (Ken Watanabe). Cobb nunca hubiera dejado que esto pasara, porque el objetos es muy importante: de él depende su cordura.