Los Chismes Duelen: La Historia De (Des)Amor De Ex Sacerdote Y Su Novio De 24 Años

Philip Clements, un ex sacerdote de 79 años, comenzó una romántica historia de amor con Florin Marin, un joven de 24 años, luego de que se conociceran en un sitio de citas online. La pareja anunció que esa era su postura frente a las reglas de la Iglesia de Inglaterra, que prohíbe el matrimonio religioso entre personas del mismo sexo.

Pero, aunque parecían felices, su paraíso no duró mucho.

Clements decidió vender su casa de Sandwich (Kent) en 290 mil dólares, para comprarle una casa a Marin en Rumania. Y cuando rompieron, Clements se quedó sin dinero y sin casa.

Per, según le ha contado a Daily Mail, el ex sacerdote está haciendo todo por recuperarlo, e incluso ha prometido incluirlo en su testamento. Y todo, pese a que está lejos y a que ama salir de fiesta.

“Tengo que ser realista. Cumplo 80 años en agosto y quiero verlo bien. Es la única persona a quien le puedo heredar cosas”, le contó al medio inglés. “No veo a mis hermanos y no lo necesitarían. Si todo sale bien, él estará en mi testamento”.

El año pasado alcanzaron gran publicidad debido a su matrimonio, lo que convirtió a Marin en una celebridad más o menos conocida que aparecía seguido en varios programas de televisión.

El joven salía mucho de fiesta, lo que resultó demasiado para Clements, quien además lo ayudaba a mantener ese estilo de vida. Cuando rompieron, el joven empezó a salir con otro hombre que “es mucho más rico que Philip”, dijo.

“La televisión rumana tiene el mal hábito de convertir las situaciones en telenovelas donde crean historias alrededor de personas comunes”, dice Clements. “Como rompimos, lo ayudaron a conocer a otro hombre. La historia fue inventada. No estuvo con él y sé que ahora tampoco, fue mentira”.

EL mes pasado, la pareja celebró su primer aniversario el mes pasado en España, y Clements cree que volverán a estar juntos.

“Hemos aprendido. Tenemos que adaptarnos. Habían rumores de que estaba con alguien más pero lo ha negado. Vamos a estar en septiembre y durante la Navidad juntos, y ojalá continuar desde ahí. No queremos apresurarnos”, dice el septuagenario.

“Es mi esposo. Quiero que se sienta seguro. No tengo mucho para entregarle en este momento, ya que vendí mi casa. No está conmigo por el dinero, sabe que no tengo mucho”.

Pese a todo, sus decisiones han generado suspicacias en su familia. Su propio hermano, Tony (68 años), dice que a pesar de pedirle que “no sea un tonto”, todo siempre se trataba de Florin. “A Philip parece no importarle nadie más”.