Atropellaron A Un Lobo Y Lo Dejaron Moribundo En La Calle Hasta Que Un Hombre Cambió Su Destino

Quizás si alguna vez has pensado en un lobo, debes imaginarlo en tu mente como un depredador al que debes temer, un ser feroz que no dudaría en atacarte si tuviera la posibilidad. Sin embargo, en la historia que te contaremos hoy, verás como un lobo fácilmente puede ser la víctima del cuento, especialmente cuando el ser humano es su victimario.

En Israel, un lobo fue atropellado por una camioneta y este simplemente lo dejó abandonado en la calle por lo que el animal estuvo al borde de la muerte, pero un buen hombre sin miedo a nada lo encontró, le salvó la vida y cambió su destino para siempre.

 

El lobo fue bautizado como Oliel y este hombre lo llevó a una clínica veterinaria.

 

Allí, tras varios exámenes y rayos X, pudieron constatar que el animal tenía ambas piernas fracturadas, por lo que necesitaría cirugía.

 

La cirugía quizás fue la parte simple de todo, pues luego de esto, Oliel necesitaría meses de recuperación.

 

Con el fin de reducir al máximo sus movimientos y así permitir que sus heridas pudieran sanar, es que Oliel fue encerrado por un tiempo, lo que de seguro no le gustó para nada.

Fueron varios meses de espera….para lograr ponerse fuerte y así volver a ser libre.

 

Cuando ya se pudo determinar que Oliel estaba bien, tomaron su jaula, la subieron a una camioneta…

 

Irónicamente, volvería a la libertar sobre una camioneta, cuando fue una que casi le quitó la vida.

 

Cuando llegaron, bajaron la jaula cuidadosamente. Oliel, se veía algo asustado.

 

Y luego, solo abrieron la jaula…

 

Temeroso, al prinicipio, Oliel fue sigiloso sin embargo al ver que ya no tenía cuatro paredes a su al rededor, se armó de valor, salió de su jaula y corrió…

 

Corrió por las praderas, porque por primera vez en mucho tiempo, nada se lo impedía.

 

Oliel, volvió a su vida salvaje y a ser feliz en su hábitat.

 

De no ser por un hombre y su gran corazón, Oliel quizás hubiera muerto en la carretera sin que a nadie más le importe. Por suerte, alguien se detuvo y le cambió la vida a otro ser vivo, sin esperar nada a cambio.