Cada 3 Meses Se Inyecta Bótox En Sus Labios Para Ser Como Kylie J.

Millones de personas al rededor del mundo se han obsesionado tanto con los estándares de belleza que hacen de todo para poder parecerse a sus estrellas favoritas, cayando en desórdenes alimenticios o en una adicción a las cirugías estéticas.

James Holt, de 24 años, es una chico de Manchester obsesionado con Kylie Jenner y que siempre odio sus labios delgados. Por lo mismo a los 16 años, comenzó a iniciar el tratamiento para aumentar el tamaño de su boca.

Poco a poco quiso más relleno y llegó al resultado que tiene hoy en día a sus 24 años, gastando alrededor de $18.500 dólares.

Ha aplicado relleno en sus labios cada tres meses, lo que ha ocasionado peligrosas situaciones, como el desborde de líquido desde su boca.

“He tenido algunos problemas en el camino, donde los rellenos han salido de mis labios porque había demasiado en ellos, mis labios lo rechazaron, y el centro de mis labios se ha hundido antes”

– James Holt

“Mis labios también se han lastimado debido a su tamaño después del tratamiento”

– James Holt

A pesar de todos los riesgos que esto le puede ocasionar, el chico no dejará de someterse a las cirugías estéticas, ya que le gusta la atención y no quiere parecer “aburrido y simple”.

Además se ha sometido a dos operaciones de nariz, relleno de mejillas y cirugía para agrandar su trasero.

“Nunca dejaré de operarme. No creo que alguna vez sea feliz con mi cara o mi cuerpo”.

– James Holt

Lamentablemente ya se convirtió en una persona adicta a las cirugías y no planea dejarlas. Siempre quiso ser alguien que destaque entre los demás, por lo que sonó mucho con cambiar el aspecto de su cara y por fin lo está consiguiendo.

“Siempre quise cambiar mi cara después de ver a las celebridades haciéndolo, así que pensé en comenzar con mis labios y recibir inyecciones de Botox. Se sintió genial después de la primera vez y supe que obtendría más y más“.

– James Holt

A pesar de que por culpa de las cirugías no puede respirar por la nariz, nada lo detiene. Ahora quiere operarse los dedos de los pies porque le avergüenza andar descalzo.

A pesar de las advertencias que le ha dado su cuerpo y el rechazo que ha provocado el bótox en sus labios, no piensa dejar las cirugías.